17 de septiembre de 1631
PRESENTACION
El 17 de septiembre de 1631 entre las ciudades de Leipzig y Magdeburgo en la Alemania más profunda, tendría lugar una batalla que daría comienzo al declive del imperio español, de su forma de combatir y de sus unidades más aguerridas en los campos de Europa, y todo ello gracias a la nueva concepción del ejercito que llevó a cabo el rey Gustavo Adolfo de Suecia, que según la mayoría de los historiadores daría paso a todas las batallas de la era moderna.
ANTECEDENTES Y PRELUDIO
Gustavo Adolfo subió al trono de Suecia en el año 1611 con apenas 17 años, pero desde esa tierna edad fue versado en el arte de la guerra de una forma crítica y practica, por este motivo y con todas las conclusiones a las que había llegado no tardó en levantar un nuevo ejército diferente a todos los existentes en Europa en aquella época.
En 1630 y tras doce años de guerras religiosas, acumulando derrotas la causa protestante, Gustavo Adolfo pensó que Suecia estaba amenazada puesto que los combates ya se extendían hasta el Báltico.
Así se colocó al frente de su excelente ejercito, un ejército bien armado, entrenado y pertrechado, con una movilidad pasmosa para la época, y lo que es más importante, un ejército nacional, formado por soldados suecos y no por mercenarios y reclutas muchas veces movilizados casi a la fuerza en estados satélites aliados o asociados, de diferente calidad movilidad armamento y sobre todo resistencia en el combate como se demostrará mas tarde.
El 6 de julio de 1630 los suecos establecieron una cabeza de puente en Usedom, en la región de Pomerania, al norte de Alemania, entonces dividida en varios principados regidos por príncipes electores, estos, no veían con buenos ojos el ejercito de 36.000 hombres que sus vecinos suecos habían emplazado en su territorio a pesar de la amenaza de los 40.000 hombres de la liga católica que bajo el mando del afamado Tilly amenazaba todos los territorios protestantes de la zona. Por lo que tomaron la decisión de no permitir a Gustavo Adolfo atravesar sus territorios en auxilio de la ciudad de Magdeburgo, que sucumbió el 20 de Mayo de 1631. Pero tras la toma vino el pillaje y el saqueo que concluyó con la terrorífica cifra de mas de20.000 muertos, este hecho acabó con la apatía de muchos príncipes protestantes que engrosaron la causa sueca.
Aun dudaba de tomar partido el príncipe elector de el estado de Sajonia cuando el ejercito de Tilly giro hacia el sur tomando la dirección de la importante ciudad de Leipzig.
Este acto empujo a Sajonia a unir fuerzas con el ejercito Sueco, poniéndose a su entera disposición, uniéndose los dos ejércitos a 24 KM al sur de la ciudad para socorrerla.
EL DESPLIEGUE
El 17 de septiembre la niebla cubría los campos de la llanura de Breitenfeld. Tilly viejo conocedor de la estrategia, colocó sus tropas a la tradicional forma española, con los pesados tercios en el centro y la caballería a los flancos, a lo largo de una colina, pero el innovador Rey de Suecia coloco sus tropas de una manera nueva y original. Coloco en el centro cuatro brigadas de infantería, apoyadas en retaguardia por dos más y un regimiento de caballería. Tres brigadas y dos regimientos de caballería estaban en reserva, en el flanco derecho alternaban caballeros y mosqueteros con un regimiento de caballería de apoyo y cuatro escuadrones de reserva a la izquierda estaban tres regimientos de caballería con dos secciones de mosqueteros y dos regimientos de reserva y mas a la izquierda estaba el contingente sajón. Cada regimiento contaba con una batería de cañones ligeros y la artillería pesada se colocó en batería en una posición algo más adelantada en el centro del dispositivo.
LA BATALLA
La batalla comenzó con un nutrido duelo artillero, donde la superioridad de la potencia de fuego de los suecos y sus devastadoras andanadas hizo cargar sin recibir la orden a la caballería del flanco izquierdo católico, al mando del conde Pappemheim. Por siete veces realizaron la maniobra conocida como la caracola bajo el devastador fuego de los mosquetes suecos, sin ningún resultado terminaronel último en una huida en desorden.
En el flanco derecho de Tilly la caballería cargó también sin recibir la orden pero para sorpresa de todos, los sajones que cubrían el flanco izquierdo del ala sueca se desbandaron, dejándolo expuesto.
Tilly malhumorado con su indisciplinado ejercito, por fin dio la orden de avanzar ordenando a sus lentos tercios a hacer una maniobra de tenaza sobre el flanco expuesto, a la par que su caballería realizaba un amplio movimiento de flanqueo para tomar la retaguardia del enemigo.
Pero Gustavo Adolfo era capaz de modificar rápidamente sus líneas con sus agiles brigadas y plantar frente a las fuerzas envolventes con una barrera homogénea de fuego para repelerlas, como así sucedió desplazando hacia este sector a las brigadas en reserva
Como los hombres de Tilly se replegaban bajo un nutrido fuego de mosquetería y de las piezas ligeras ordeno a la caballería del flanco derecho que no corriera peligro alguno evitando así exponerla al nutrido fuego amigo, y que realizase una maniobra por detrás de sus líneas cargando sobre el desbandado flanco izquierdo enemigo que había dejado expuesto todo el dispositivo central del ejercito católico.
En el avance hacia las lineas enemigas los aguerridos pero lentos tercios, avanzaron aguantando el mortífero fuego enemigo y la maniobra de envolvimiento sueca pero llegado el momento del asalto final se enfrentaron a algo que jamás habían afrontado, una salva cerrada de mosquetería y artillería a corta distancia.
Durante un rato los tercios españoles aguantaron esta mortífera lluvia de proyectiles en masa para más tarde deshacerse sus formaciones y huir perseguidos por la caballería de reserva mandada y a cuyo frente iba el mismísimo rey sueco.
CONCLUSIONES
La victoria de breitenfeld marcó un punto de inflexión en la guerra de los 30 años. Gustavo Adolfo se convirtió en el paladín de la causa protestante, Suecia se convirtió en una de las grandes potencias europeas dominando en poco tiempo todo el nordeste de Alemania. Richelié quedo contrariado pues esperaba que esta victoria devolviera el equilibrio en Europa y no que destruyera la causa imperial. pero tres meses más tarde los suecos se vieron obligados a atrincherarse en Sajonia perdiendo en la batalla de Lutzen a su rey. Dos años más tarde fueron derrotados en la batalla de Nordlinguen, viéndose obligada Francia a entrar en la guerra para evitar una nueva era de hegemonía española a alargando así el conflicto otros 14 años