Boudica, Buduica, Bonduca o Boadicea.
Reina de la tribu de origen celta de los Icenos que se distribuía por la región de Anglia del Este (actuales Norfolk y Suffolk).
Tubo dos hijas con el rey Prasutagus,
Prasutagus vivió una larga vida de riqueza. Pero había un problema y era que no tenía hijos varones y que, aunque la realeza pudiera pasar a sus hijas, sin embargo, no podía asegurar la independencia formal del Imperio; por eso se le ocurrió la idea de nombrar al emperador romano coheredero de su reino junto con sus dos hijas. Este tipo de testamentos eran habituales en la época romana pues se conseguía que, al menos durante la vida del rey cliente, se respetara un estatus de semi-independencia.
Debido a estos factores y a que la ley romana sólo permitía la herencia a través de la línea paterna, cuando Prasutagus murió, su idea de preservar su linaje fue ignorada y su reino fue anexionado como si hubiera sido conquistado. Las tierras y todos los bienes fueron confiscados y los nobles tratados como esclavos. Debido a que Prasutagus había vivido pidiendo prestado dinero a los romanos, al fallecer, todos sus súbditos quedaron ligados a esa deuda que la reina Boudica no podía pagar. Los romanos desencadenaron la violencia saqueando las aldeas y tomando esclavos como pago de la deuda. Boudica protestó amargamente, y después de todos sus esfuerzos, fue sacada del palacio, desnudada en público y azotada por haber incumplido el pago de la deuda. Lo que desató la furia de la reina.
La reina avanzo con un poderoso ejército de 230.000 hombres sobre Londinium (actual Londres). Derrotando a los romanos a su camino, Los romanos tuvieron que embarcar y enviar de urgencia la Legión IX Hispana pero esta también fue derrotada.
Tras las victorias conseguidas, Boudica y su ejército decidieron permanecer en Verulanium. Suetonio llamó entonces a todas las legiones disponibles, la XI Augusta, la XIV Germana y la XX Valeria Victroix, además de una serie de auxiliares adiestrados rápidamente.
La reina Boadicea al ver tal despliegue de tropas frente a ella, arengó a sus guerreros que entonces era formado por doscientos mil efectivos: “... ganaremos esta batalla o moriremos ! Eso es lo que yo, que soy mujer, me propongo hacer. Que los hombres vivan esclavos si lo desean...”.
Boudica, tras esta derrota, para evitar ser atrapada por los romanos, se suicidó con veneno. No se conoce la suerte que corrieron sus hijas, pero probablemente murieron junto a ella. Según se cuenta, los rituales funerarios de Boudica fueron fastuosos y dignos de la gran guerrera que fue.
Hoy día en Londres, ciudad que devasto, frente al parlamento, existe una estatua suya montada en su carro de guerra con sus dos hijas, para recordar a los ingleses su fervor por mantener la independencia de los pueblos britanos frente a un invasor extranjero.