lunes, 20 de junio de 2011

LA BATALLA DE BIR HAKEIM ESPAÑOLES EN LA SGM (WWII)

ESPAÑOLES EN LA SGM (WWII)
Múltiples fueron los caminos seguidos por los españoles desde que dejaron su país, como soldados en fuga del derrotado ejército republicano, hasta que se enfrentaron a las divisiones del Eje entre El Alamein y Túnez.
Al comenzar el año 1942, sobre los escenarios de guerra norteafricanos se alineaban dos brigadas pertenecientes al ejército de la Francia Libre: la 1ª, al mando del general Koening, y la 2ª, comandada por el general Cazaud.
Los efectivos de ambas unidades sumaban doce mil hombres de los que, al menos tres mil, eran de nacionalidad española.
Junto a ellos, desperdigados en otras fuerzas aliadas, se batían contra italianos y alemanes otros muchos compatriotas nuestros.
Allí estaban como voluntarios de la 13 Semi Brigada de la Legión extranjera francesa, numerosos españoles veteranos en Noruega, Eritrea y Siria, así como los que, militando en otras unidades de la Legión, habían seguido un itinerario parecido para acabar integrándose en la 1º División francesa libre.
Allí estaban también, los veteranos de los Batallones de Marcha Extranjeros que más tarde, al producirse el desembarco aliado, se incorporaron a las fuerzas norteamericanas tras ser armados y reorganizados por éstas; los que acompañaron a Leclerc en su epopéyica marcha desde el Chad al Mediterráneo, a lo largo del desierto del Fezzan; los que, prisioneros en los infernales campos de trabajo del Sahara, fueron liberados para entrar en las filas del ejército de Giraud; los que se alistaron en el Cuerpo Franco, creación del internacionalista comandante Putz quien, desde Begoña, dirigió una parte de la última batalla por Bilbao; los que militaban en la 361ª Compañía de Pioneros británicos y los que, seleccionados por el OSS americano, fueron especialmente entrenados con vistas a misiones de un carácter harto particular (la hipotética invasión de España por los aliados).
Esta aportación hispana a la campaña del desierto constituye uno de los capítulos más desconocidos de la Segunda Guerra Mundial. 
Por desgracia, si bien es cierto que los historiadores británicos menosprecian o simplemente se olvidan de reseñar en sus escritos el papel desempeñado por las unidades de la Francia Libre en el Norte de África, no lo es menos que los historiadores galos suelen dejarse también en el tintero toda mención a la contribución hispana.
Sin embargo, los españoles actuaron de forma destacada y con buena parte de su sangre está escrita, precisamente, la más brillante página de la actuación francesa en la guerra del desierto: Bir-Hakeim.
 Quien llega hasta Tobruk, vía Bengasi y Derna, para dirigirse luego al “cementerio francés” de Bir-Hakeim, encuentra allí unas cruces espartanas en las que abundan los nombres y apellidos ibéricos: Muñoz, Castaño, Treviño, Ruiz, Mollet, García… Y, en casi todas esas cruces figura la nomenclatura de la 13 Semi Brigada de la Legión.
ANTECEDENTES DE LA 13 SEMIBRIGADA
El testimonio del primer general francés, Béthouart, que mandó españoles, fue éste:
 "La 13 Semi-Brigada de la Legión Extranjera estaba integrada, en particular, por españoles, morenos, alborotadores, difíciles de mandar, pero de una valentía extraordinaria".
Otro, no menos valioso, el del entonces joven capitán Jacques París de la Bollardiére, que luchó al lado de los españoles de la citada unidad en Narvik, Noruega, en África y en Italia, nos dice en una de sus cartas:
 "... (Los españoles) eran altivos y humildes a la vez, valientes..., uno de ellos, el joven Zapico, un vasco, murió a mi lado -al volante de nuestro jeep- en plena batalla de Bir-Hakeim, en la que yo también fui gravemente herido".
Aunque en determinadas "memorias" se insiste en lo difíciles que eran de mandar -no de manejar- los españoles, y pese a que todos ellos habían pasado por la piedra de molino de Siddi-Bel-Abbés, no se hace la menor alusión a repercusiones negativas, en el plano militar, de esa peculiaridad al parecer tan ibérica. En cambio, por su eficacia sobre el terreno, a menudo en trances delicadísimos, se les puede considerar   soldados muy fiables y fuera de serie.

Seguramente por qué venían fogueados de nuestra guerra civil, pero el "quid" de la cuestión estaba en la conciencia política adquirida, a través de esos años de lucha política y militar en la guerra civil, de que estaban defendiendo algo importante que un trozo de tierra y que esta defensa requería una acción sostenida contra enemigos bien definidos, con los que ya se habían enfrentado por tierras de España, por entonces ya en manos de Franco: sus aliados la Alemania nazi de Hitler y la Italia fascista de Mussolini.

Esto es lo que forzará la admiración ajena, ya sea en los fiordos noruegos de Narvik, en las estepas de la Unión Soviética, en Europa,en las playas de Normandía  en París opor el continente africano: con estos españoles no hay quien pueda.

"¡Son indestructibles!", dirá el general Koening al capitán de la Bollardiére, durante los combates para abrir una brecha y evacuar el campo atrincherado de Bir-Hakeim.

El Cuerpo Expedicionario francés destinado a Noruega -que acababa de ser ocupada por los alemanes- comprendía la 13 SemiBrigada de la Legión Extranjera (Batallones 1° y 2°), unos 2.000 hombres, de los cuales casi la mitad eran republicanos españoles. Se formó en el campo militar de la Vallbonne, al pie de los Alpes. Allí se crearían también otras unidades legionarias que serían destinadas a la Línea Maginot.
Recordemos el incidente que se produjo en la campaña de Noruega, cuando un oficial francés mandó a un legionario español que rematase a un alemán malherido, tras haber ocupado al arma blanca la famosa Cota 220:

- "¡Hala, dale fuerte y véngate de lo que os hicieron en España!"


Entonces, el español se enfrentó, como loco, con el oficial, gritándole:
- "Pero ¿usted qué se ha creído que somos los españoles? ¿Unos asesinos?"

Si no interviene el sargento Gayoso, el joven, pero veterano legionario español, hubiese ensartado al francés de un bayonetazo".

Antes de entrar en combate en el campo atrincherado de Bir-Hakeim -mayo de 1942- los españoles de la 13 Semi-Brigada realizarán una larga marcha que los llevará desde Noruega, pasando por Francia e Inglaterra, hasta el africano Camerún.
LA BATALLA DE BIR HAKEIM
La Batalla de Bir Hakeim se situó en un simple punto de agua abandonado en medio del desierto de Libia, en el cual antes había existido un fortín turco. Del 26 de mayo hasta el 11 de junio de 1942, la 1ª Brigada francesa libre del general Kœnig (parte de la 13ª Media Brigada de la Legión Extranjera) resistió los ataques de los ejércitos motorizados italiano y alemán (Afrika Korps) del general Rommel.
Este hecho, conseguido por el valor del Ejército Francés Libre, dio un respiro a las tropas británicas, que lograron rehacerse de una mala posición y alcanzaron posteriormente el triunfo en la batalla de El Alamein. El general Saint Hillier dirá en 1991:
«Fue necesario que un grano de arena frenara el avance ítalo-alemán, que no alcanzó a El Alamein hasta después de la llegada de las divisiones británicas frescas: el grano de arena se llamaba Bir Hakeim».
SITUACION EN LIBIA A MEDIADOS DE 1942
A principios de 1942, después de su derrota en el oeste de Cirenaica, el VIII Ejército británico hace frente a las tropas germano-italianas en Libia, en los alrededores de la plaza fuerte de Tobruk. En mayo de 1942, la ofensiva alemana en Libia se reactiva con el objetivo final de conseguir la toma del Canal de Suez. Esta ofensiva se llevará a cabo hasta la batalla de Bir Hakeim, que arruinará las ambiciones de Rommel en Oriente Medio.
La ofensiva comienza con buenos augurios, el general Kesserlring y su cuerpo aéreo, llegados del frente del este, lanzan la operación Herkules. Malta, que obstaculizaba el suministro del Afrika Korps, es amenazada por los bombardeos operativos de los aviones alemanes desde las bases de Sicilia. Además, hombres rana italianos consiguieron hundir dos acorazados británicos y un buque de carga de la Royal Navy en el puerto de Alejandría. El suministro y los refuerzos germano-italianos mejoraron, lo que obligó a los británicos a trasladar a Libia tropas que se encontraban luchando contra los japoneses en el sureste asiático.
EL PLAN
La ofensiva germano-italiana comienza el 27 de mayo de 1942 al amanecer. El objetivo principal de las fuerzas del Eje es el puerto libio de Tobruk, desde donde arranca la famosa Vía Balbia, cuya ocupación permitiría a sus columnas motorizadas alcanzar Alejandría y más tarde el Canal de Suez.
Para preparar esta ofensiva, Rommel contaba con múltiples fuentes de información sobre la situación del enemigo. El servicio de espionaje alemán (Abwehr) consiguió descifrar los códigos británicos e interceptó los mensajes transmitidos a los agregados militares americanos sobre el dispositivo militar británico; también infiltró a un espía en El Cairo, John Eppler, y a esto se añaden los medios de vigilancia radio-telegráficos de la compañía de escucha Horch. Rommel cuenta para esta ofensiva con 90.000 hombres y 575 panzers contra los 100.000 hombres y 994 tanques británicos, pero posee la iniciativa y sus tropas son más móviles y aguerridas, particularmente en el desierto. Decide envolver la línea de frente británica por su último punto defensivo situado más al sur y remontarse a continuación al norte con el objetivo de separar en dos el VIII Ejército del general Ritchie. El 26 de mayo de 1942, Erwin Rommel lanza su ofensiva, con la cual espera alcanzar el Canal de Suez.
Este punto por donde Rommel tenía previsto rebasar las defensas era  Bir Hakeim  un simple punto de agua abandonado en medio del desierto de Libia, en el cual antes había existido un fortín turco defendida por la 1ª Brigada francesa libre del general Kœnig (parte de la 13ª Media Brigada de la Legión Extranjera)
Con su ala izquierda, compuesta por los 10˚ y 21˚ Cuerpos italianos (divisiones Sabratha, Trento, Brescia y Pavía), reforzados por la 15ª Brigada alemana de infantería, desencadena un ataque frontal contra Gazala y sobre la carretera costera en dirección a Tobruk, esperando encontrar y fijar allí a la parte fundamental de las fuerzas de la Commonwealth. Simultáneamente, lanza hacia el sur sus cinco mejores divisiones (las 15ª División Panzer y la 21ª División Panzer, la 90ª División motorizada alemana, la División blindada Ariete y la División motorizada Trieste), en un movimiento giratorio destinado a atravesar la línea consolidada norte-sur de los británicos, de manera que debe remontarse a continuación hacia el norte para atacar por detrás el grueso de las fuerzas británicas y destruirlas en la bolsa así creada. Espera a continuación una rápida caída de Tobruk para abalanzarse seguidamente sobre Egipto. El general Ritchie al mando del VIII Ejército, convencido de que los alemanes atacarían directamente Tobruk, desplegó el grueso de sus fuerzas frente a las dos divisiones italianas, con cuatro divisiones y dos brigadas. El lado meridional solamente estaba cubierto por dos divisiones y tres brigadas, una de ellas era la 1ª Semibrigada francesa libre, situada en el lugar previsto por Rommel para cruzar las líneas del ejército aliado.
COMPOSICION  DE LA 1ª BRIGADA DE LA FFL
La 1ª brigada de las FFL el 25 de mayo de 1945 está formada por un total de 3.700 hombres aproximadamente, distribuidos en seis batallones: dos de la Legión Extranjera, al mando del coronel Dimitri Amilakvari y en la que estaba incluido un numeroso grupo de soldados españoles; los batallones del Oubangui-Chari y el Pacífico, mandados por el coronel Roux: el de infantes de marina del comandante Laurent y varias pequeñas unidades, como la 22ª Compañía norteafricana del capitán Lequesne y la 17ª Compañía de zapadores del capitán Desmaisons.
De los aproximados 3700 hombres de la semi-brigada unos 1000 son españoles excombatientes de la guerra civil más un buen número de voluntarios de las brigadas internacionales.
El armamento que poseían, lo mismo que sus tropas son de distinto origen, y bastante irregular.
Poseen 63 tanquetas Bren-Carrier, además de numerosos camiones y dos obuses proporcionados por los británicos. Pero la gran mayoría de la artillería es francesa: 16 cañones de 75 mm otros 26 de 75 mm anticarros, 18 ìezas AT de 47 mm (16 franceses y 6 italianos) y 18 de 25 mm. Los británicos les proporcionaron 86 fusiles antitanque Boys de 13,9 mm y 18 cañones antiaéreos Bofors 40 mm.
La mayoría del equipamiento de la infantería es francesa, con 44 morteros de 81 ó de 60 mm, 76 ametralladoras Hotchkiss M1914, 96 ametralladoras pesadas antiaéreas calibre 13,2 mm y 270 ametralladoras ligeras de infantería FM 24/29..
Como armas de mano existe un variopinto surtido de suministros americanos e  ingleses, armamento capturado a italianos y alemanes, y la propia dotación de origen francés.
La guarnición dispone al principio de reservas de alimentos para diez días y de veinte mil obuses de 75 mm

FORTIFICACIONES
Todas las posiciones están semi-enterradas. Según un testigo, las de la Legión, cuyos arquitectos tenían, por lo visto, bastante práctica en la materia eran las mejores acondicionadas. Esta disposición protegía a sus ocupantes de los bombardeos enemigos y de algo no menos temible: las tempestades de arena. El hospital de campaña, los depósitos de municiones, de víveres y la gasolina estaban completamente enterrados, así como las sesenta y tres tanquetas -las eficientes Bren-Carriers inglesas-, llamadas muchachas de servicio, porque servían para todo.
El dispositivo estaba rodeado también por 54.000 minas de distinto uso y procedencia
El general Bernard Saint-Hillier describe así la posición que los hombres de Kœnig tienen que defender:
«Simple cruce de pistas en un desierto árido, pedregoso y desnudo que barren los vientos de arena, Bir Hakeim se ve de todas partes». En efecto, el campo de batalla se caracteriza por una ausencia total de cubiertos y obstáculos naturales. La posición comprende una ligera ondulación sur-norte, que jalona un antiguo puesto meharista, sin valor defensivo y dos montículos que son los escombros de dos antiguos depósitos de agua. Kœnig divide el punto de apoyo en tres sectores, defendidos por tres de los batallones. El 2º batallón de la Legión Extranjera defenderá la cara Este. El 13º, en reserva, estará formado por varios grupos móviles dotados con vehículos y cañones de 75 y 25 mm, disponibles para realizar misiones de reconocimiento fuera del reducto.
Se emplean las minas terrestres como sistema defensivo, el comandante Vincent, de la brigada FFL, describe así las defensas de Bir Hakeim:
«Para dar profundidad a este débil sistema defensivo relativamente lineal, una amplia zona de minas, precede a la posición».
Las ramas septentrionales y noroeste de esta zona minada se extienden hasta los centros de resistencia vecinos. Estas zonas serán supervisadas por patrullas motorizadas de la brigada FFL.
EL ATAQUE
27 MAYO 1942
En la noche del 26 al 27 de mayo de 1942, Rommel,al amparo de las sombras y  anticipándose, comienzan el movimiento de rodeo previsto al sur de Bir Hakeim con las 15ª Panzer y la 21ª Panzer, así como la 90ª División ligera alemana del Afrika Korps y las dos divisiones del ejército italiano (132ª División blindada Ariete y motorizada Trieste).
Con su ala izquierda, compuesta por los 10˚ y 21˚ Cuerpos italianos (divisiones Sabratha, Trento, Brescia y Pavía), reforzados por la 15ª Brigada alemana de infantería, desencadena un ataque frontal contra Gazala y sobre la carretera costera en dirección a Tobruk, esperando encontrar y fijar allí a la mayor parte  de las fuerzas de la Commonwealth y con la esperanza de atraer sobre si sus tropas de reservas y los valiosísimos suministros.
El general Ritchie al mando del VIII Ejército, convencido de que los alemanes atacarían directamente Gazala y en dirección a Tobruk, desplegó el grueso de sus fuerzas justo  frente a los dos cuerpos italianos, con cuatro divisiones y dos brigadas.
El lado meridional solamente estaba cubierto por dos divisiones y tres brigadas, una de ellas era la 1ª Semi-brigada francesa libre, situada en el lugar previsto por Rommel para cruzar las líneas del ejército aliado.
Las unidades blindadas británicas son sorprendidas por las divisiones acorazadas del eje y resisten de manera desordenada e improvisada sufriendo pérdidas considerables, pero al mismo tiempo también infringen un serio castigo a las tropas germano-italianas.
Estas emprenden luego  un movimiento giratorio destinado a rebasar  la línea consolidada norte-sur de los británicos, de manera que debe remontarse a continuación hacia el norte para atacar por detrás el grueso de las fuerzas británicas y destruirlas en la bolsa donde habían sido atraídas.
El primer parte de la Séptima División Blindada británica, a las 7.30 del día 27 de mayo, dice así:
"El enemigo ha iniciado su maniobra de envolvimiento, intensamente apoyado por su aviación y su artillería y se localizan, por el S y el SE, gran número de tanques y vehículos diversos. Levantan grandes nubes de arena. Poco después se divisan una cincuentena de carros de asalto italianos que inician el ataque en orden desplegado. Detrás avanza un segundo escalón compuesto por otros treinta tanques. El eje de la marcha es el campo atrincherado de Bir-Hakeim".
Al llegar estas  noticias de movimiento del enemigo, el general Kœnig, que veía como su posición estaba siendo embolsada, prepara a sus tropas para el combate.
Pero esta vez las defensas enemigas de tierra adentro, (box la llaman los ingleses) están mejor organizadas que en el pasado. El alto mando inglés, duramente aleccionado por las experiencias anteriores en aquel campo de operaciones, está decidido a obligar a Rommel a desplegar sus unidades y a no subestimar el valor estratégico del sector desértico. De ahí la línea de puestos fortificados, cuyo último box es Bir-Hakeim.
 El 27 de mayo, a las 9 de la mañana, Rommel da la orden al general Stefanis, al mando de la 132ª División blindada Ariete, de que comience el ataque sobre Bir Hakeim por el sureste. Las unidades de esta división, a saber, el 132º regimiento de tanques, el 8º regimiento de bersaglieri y el 132º de artillería, abordan la posición francesa en sucesivas oleadas a partir de las 9,30.
Las piezas del 75 de la posición responden y al poco rato, tocados por los proyectiles y víctimas de las minas, varios tanques italianos quedan inmovilizados.
Los bersaglieri que deben apoyar la carga de los acorazados son obligados a replegarse ante la efectividad y la violencia de la artillería francesa.
Pero los restantes siguen avanzando y la segunda oleada se pone en marcha hacia el sector que defienden los legionarios españoles. Incluso los antiaéreos de Bir-Hakeim disparan ahora contra los carros de asalto enemigos conocedores de la débil coraza que protege a  los blindados italianos.
Los blindados intentan cruzar valerosamente la zona minada sin apoyo, seis de ello consiguen cruzar el campo de minas e infiltrarse en las líneas francesas, pero son destruidos y sus tripulantes hechos prisioneros.
“De repente”, dice el general de la Bollardière, "por encima de aquella barahúnda artillera, se empezaron a oír gritos en español, mientras los tanques italianos iban y venían, aplastando todo lo que les salía al paso y ametrallando a mansalva. Parece que los estoy oyendo: "¡¡Cómo en Madrid, camaradas!! ¡¡A por ellos!!" Las botellas de gasolina (cocteles molotov) saltaban por todos lados: aquello fue una especie de fuegos artificiales totalmente desconocidos para nosotros, si bien es cierto que los legionarios los habían practicado ya en Noruega, pero en escala mucho más reducida, que no tenía nada que ver con lo de Bir-Hakeim". En adelante, aquello se conocería por el recital español de Bir-Hakeim.
 El resto de los tanques intentan el ataque por el norte, pero caen en el campo de minas que protegía este sector. Los italianos terminan por reagruparse y replegarse. Dejan en el campo de batalla treinta y dos blindados, noventa y un soldados son hechos prisioneros, incluido el teniente coronel Pasquale Prestissimone, comandante del 132º regimiento de blindados. La división Ariete queda reducida a treinta y tres tanques  (50 % de bajas) en apenas cuarenta y cinco minutos y debe cesar su ataque. Los defensores solo tienen dos heridos, un camión y un cañón destruidos. El día 27 de mayo termina con un fracaso para las fuerzas del eje.

El cabo primero de antitanques, el barcelonés José Millán Vicente, nos puntualiza: "Las tres cuartas partes de los tanques italianos puestos fuera de combate lo fueron por los antitanques del 7,5. Y esto, a los españoles, además de restablecer la verdad, no nos quita el menor mérito; puesto que, de los tres pelotones de antitanques que operaron frente a las oleadas de blindados italianos infiltrados, dos estaban mandados por gente nuestra: uno por Enrique Marco Nadal, de Valencia y otro por José Artero, de Tarrasa. Yo combatía con Enrique".
Sin embargo, más al norte, la 3ª brigada india, la 4ª brigada blindada y la 7ª motorizada británicas, son obligadas a retirarse a  Bil el Gobi y al importantísimo aeródromo de  El Adem para defenderlo, dejando Bir Hakeim aislado.
27 Y 28 MAYO DE 1942
Durante los días 28 y 29 de mayor la Royal Air Force bombardea los alrededores tomando como referencia las carcasas de los tanques italianos destruidos poniendo en peligro la vida de los defensores y haciendo el trabajo de limpieza de minas a las tropas del eje.
El general Kœnig se ve obligado a enviar un destacamento con el fin de incendiar estas chatarras para evitar trágicos errores.
También intentan ponerse en contacto con la 150ª brigada británica, instalada más al norte, pero la artillería italiana les obliga a renunciar, no sin haber destruido siete vehículos blindados enemigos en el intento.
30 DE MAYO DE 1942
El 30 de mayo, se vive un día de relativa calma en Bir Hakeim, donde sólo se produce una infiltración enemiga en los campos de minas para la limpieza de este. Por otra parte, la falta de agua amenaza con convertirse en un serio problema, agravado tras la llegada de ciento veinte soldados hindúes  de la 3º brigada india sedientos, capturados por los alemanes y luego abandonados a su suerte en el desierto tras la ofensiva. A éstos hay que añadir además los ciento cuarenta y tres prisioneros capturados.
31 MAYO A 1 JUNIO 1942
La línea de boxes, que iba desde la costa (Tobruk) hasta el desierto (Bir-Hakeim), defendido por la 150 Brigada británica, caerían en poder de Rommel en la noche del 31 de mayo al 1 de junio, capturándose 3.000 prisioneros, 124 cañones y un centenar de vehículos.

Esto permitió a los atacantes volcar sobre el campo atrincherado de Bir-Hakeim importantes efectivos y mayor volumen de fuego. Y, en cierta manera, obligar a sus defensores a prolongar su resistencia, prevista, en principio, para diez días.

"Todos se decidió en torno a Gott-el-Oualeb -ha narrado el general Bayerlein, jefe de E. M. de
Rommel-Ni siquiera sabíamos que el punto de apoyo central estuviese instalado allí. Por eso nuestros primeros ataques fracasaron. Si no nos apoderamos de él el 1 de junio, los ingleses hubieran podido capturar a todo el Afrika Korps en peso. Al anochecer del tercer día estábamos cercados y casi privados de gasolina. Fue un milagro que nuestros aprovisionamientos nos llegaran a través de los campos de minas”.
El mismo día 31 una contraofensiva de la 150ª brigada británica, hace retroceder temporalmente a los alemanes hacia el oeste, pero al día siguiente el cerco sobre Bir Hakeim se reanuda.
Los cincuenta camiones de suministro de la 101ª compañía automóvil del capitán Dulau, aprovechando esta situación llegan finalmente a Bir Hakeim, con su carga de agua. Al volver a salir, el convoy, se hace cargo de los heridos graves, de los indios capturados por los alemanes y de los presos enemigos. Una salida llevada a cabo por el coronel Amilakvari destinada a limpiar los alrededores, con los grupos móviles Messmer, de Roux y de Sairigné, permite destruir cinco tanques enemigos más  y un taller alemán de reparación de tanques.
El balance de la 1ª brigada FFL desde el 27 de mayo hasta la salida del convoy es de 41 tanques destruidos, 98 presos alemanes y 145, con solamente dos muertos y cuatro heridos en sus filas.
1 JUNIO DE  1942
La 150 brigada de infantería que había contraatacado en la zona de Bir Hakeim es aniquilada por las fuerzas del eje.
Se producen varios bombardeos sobre el atrincheramiento francés
2 JUNIO DE 1942
Los éxitos de Rommel en el norte, donde los combates son furiosos, también debilitaron a las fuerzas del Eje, debido a la superioridad numérica de los tanques británicos. Además la dura resistencia de los franceses en Bir Hakeim pone en peligro los planes de rodeo proyectados por Rommel, a pesar de la severa derrota infringida a los británicos con la destrucción el 1 de junio de la 150ª brigada de infantería.
Las divisiones del Afrika Korps no se atreven a proseguir su avance dejando atrás a la brigada combinada francesa controlando las vías de suministro que abastecen a las principales divisiones en su movimiento de tenaza, por lo tienen que detener su avance hasta que no acaben con el punto de resistencia francés.
Rommel, comprendiendo esto, envía nuevos efectivos al sector que legan a las 7 de la mañana del 2 de junio, delante del atrincheramiento, después de reforzar las divisiones italianas con refuerzos del Afrika Korps y con el apoyo de la aviación, la división motorizada Trieste, la 90º división ligera alemana y tres regimientos blindados de reconocimiento de la división Pavía.
La guarnición divisa a las unidades enemigas sobre las 7 de la mañana, las primeras formaciones alemanas progresan hacia el sur y los italianos hacia el norte. Dos emisarios italianos se presentan a las 10,30 de la mañana delante del 2º batallón de legionarios extranjeros pidiendo la rendición. El general Kœnig rechaza el ultimátum.
Sigue narrando el general Bayerlein:
 “El segundo gran ataque contra el campo atrincherado lo conducen unos 150 blindados y un centenar de vehículos auxiliares de las fuerzas del Eje. Son las 7 de la mañana del día 2 de junio de 1942. El avance se estabiliza a cierta distancia y entonces empieza un violentísimo bombardeo. La artillería y los blindados enemigos rivalizan con su aviación en el aplastamiento de los 1.200 nidos-trincheras y de los campos de minas, que los alemanes llaman los jardines del diablo.
Hacia las 10 de la mañana se acerca al campo atrincherado un blindado italiano que enarbola una bandera blanca. Trae un ultimátum del general
Rommel. Al leer la nota, el general Koenig, a decir del propio enlace motorista del jefe francés, el español Carrillo, exclama: "Vamos a decirles que se vayan a la mierda, pero se lo diremos finamente".

A la raya del mediodía empiezan a llover granadas del 105 sobre Bir-Hakeim. Todos reconocen que aquello tenía otro aire que el anterior ataque italiano. Ahora lleva la batuta el propio
Rommel, quien, en sus memorias, ha escrito: "Raramente en un campo de batalla de África tuve que librar un combate tan duro".
El cañoneo durará hasta bien entrada la noche
3 DE JUNIO DE 1942
El 3 de junio, Rommel envía un mensaje escrito de su mano al general Kœnig:
El segundo ultimátum lo lleva un prisionero inglés, superviviente de Gott-el-Oualeb; se le ha encomendado que explique a los franceses de Bir-Hakeim cómo habían aplastado los alemanes la resistencia del punto de apoyo central del dispositivo británico.
«A las tropas de Bir Hakeim: Cualquier resistencia prolongada significa un derramamiento de sangre inútil. Sufrirán la misma suerte que las dos brigadas inglesas de Got-el-Qualeb que se han destruido anteayer. Cesamos el combate si alzan banderas blancas y si se dirigen hacia nosotros, sin armas.»
La única respuesta sería una salva de cañón del regimiento de artillería que destruiría algunos camiones alemanes.
Durante la jornada del día 3, la posición es bombardeada por la aviación germano-italiana una docena de veces, siendo interceptada en varias ocasiones por los cazas ingleses de Alejandría, mientras que los antiaéreos de Bir-Hakeim derriban tres aviones. Los 105 mm alemanes cañonean la posición por rotación.
 Millán Vicente explica:
 "A partir del día 3 tuvimos que enfrentarnos con la inaguantable prueba del calor y de la sed. Eran necesarios cinco litros de agua por persona y por día y sólo recibíamos litro y medio. Y a esto se añadía la perturbación de la visión. Vivíamos zambullidos en plena humareda, en medio de una espesa nube de viento, arena y del humo de las explosiones.
4 DE JUNIO DE 1942
Sigue narrando Millán Vicente;
“El día 4, la aviación enemiga vuelve a bombardear Bir-Hakeim una docena de veces, perdiendo dos aparatos. Mientras que a los cañones del 105 mm se agregan las piezas del 210mm. Agravará la situación el hecho de que estos últimos cañones quedan fuera del alcance de las baterías del campo atrincherado.
5 DE JUNIO DE 1942
 Millán Vicente termina su breve historia explicando; “El día 5, el aplastamiento de la posición asediada se limitará al incesante bombardeo artillero".
De los cincuenta y tantos mil artefactos semienterrados que rodeaban la posición Bir-Hakeim, antes del primer ataque del día 6, se calcula que estallaron la mitad.
6 DE JUNIO DE 1942
Al fin, el día 6 por la mañana se desencadena el primer gran ataque combinado esperado por Koenig.
He aquí lo que escribió Rommel:
 "El 6 de junio, a las 8 de la mañana, la 90 División ligera se lanzó al ataque contra las tropas del general Koenig. La flecha del ataque logró alcanzar un punto distante tan sólo de 800 metros del campo fortificado. Pero una vez más nuestras fuerzas fueron detenidas. En aquel pedazo de terreno, que era un auténtico pedregal, desprovisto de protección, los franceses combatían ferozmente. Por la noche tuvimos que suspender el ataque, aunque nuestros hombres siguieron manteniendo el asedio... Luego, aprovechando la oscuridad, los destacamentos de asalto se replegaron a sus respectivos puntos de partida.
El general Rommel escribió tambien:
«Dado que la invitación para rendirse hecha por nuestros parlamentarios a los asediados fue rechazada, el ataque se lanzó hacia mediodía, llevado en el noroeste por la división motorizada Trieste, y por el sureste con la 90ª división motorizada alemana, contra las fortificaciones, las posiciones y los campos de minas establecidos por las tropas francesas. La batalla de junio comenzó con una preparación de artillería; continuó durante diez días con una violencia poco común. Durante este período, yo mismo asumí, en varias ocasiones, el mando de las tropas asaltantes. Sobre el teatro de las operaciones africanas, raramente vi combate más encarnizado.»
 A partir del 6 de junio, el asalto propiamente dicho comienza. La 90ª división motorizada envía a sus grupos de asalto con el apoyo de las tropas del general Kleemann, caballero de la cruz de hierro, recién llegado del frente ruso, para intentar lograr un paso a través del campo de minas.
A pesar de algunos tímidos ataques de la 7ª brigada motorizada británica contra los asaltantes, el cerco se cierra la noche del día 6.
Durante la noche, los alemanes consiguen acercarse a 800 metros del fuerte, después de hacer una brecha en el campo de minas exterior. Aprovechando la oscuridad, consiguen realizar varios pasillos en el perímetro interior de la zona minada por los que se infiltra la infantería del DAK.
Al noroeste la división Trieste no tiene el mismo éxito y su ataque es detenido. Los soldados franceses escondidos en agujeros individuales y trincheras resuelven con eficacia las tentativas de penetración de las tropas del Eje.
A pesar de que los campos de minas son traspasados en varios lugares, la precisión y la densidad de tiro de los defensores, paralizan los éxitos iniciales conseguidos por los asaltantes. Los legionarios bien parapetados y a pesar del cañoneo incesante, del hambre y de la sed que comienza a hacerse sentir, rechazan ferozmente el asalto
7 DE JUNIO DE 1942
El día 7 de mayo, la situación es la misma, Rommel conduce personalmente el ataque por el norte y acerca sus piezas de 88 y de 50 mm, disparando sobre las fortificaciones francesas
 La Luftwaffe desencadena varias incursiones con los Stukas
La infantería alemana se acercan aún más a la posición, pero el tiro continuo de los franceses los detiene.
La RAF interviene en cuatro ocasiones ametrallando a las fuerzas asaltantes.
Rommel cuenta de este día:
“El campo atrincherado, apenas amaneció el día 7, fue sometido a otro intenso cañoneo y nuestra aviación lo bombardeó de nuevo. Y poco después nuestra infantería entraba en acción. Pero en vano. Pese a su empuje y a la dureza de su intervención, este asalto se estrelló contra el fuego concentrado de la defensa. ¡Notable resistencia la de esta plaza aislada del resto del mundo!"
8 DE JUNIO DE 1942
Un último convoy llega por la noche guiado por el cadete Bellec atravesando las líneas alemanas. La niebla cubre su llegada, pero cubre también los preparativos de Rommel, que se refuerza con los tanques pesados del coronel Hacker, dotados con cañones de 88 mm. La mañana del 8 de junio, Rommel lanza una nueva ofensiva.
Rommel, impresionado por la defensa de los franceses, escribe:
«Y con todo, el día siguiente, cuando mis tropas volvieron a salir, fueron acogidas con un fuego violento, cuya intensidad no había disminuido desde la víspera. El adversario enterrado en sus agujeros individuales, seguía siendo invisible. Necesitaba Bir Hakeim, de ello dependía la suerte de mi ejército».
Rommel dirigirá personalmente las operaciones que se escalonan entre el 6 y el 8 de junio, animando a sus hombres e incluso a los italianos, a quienes lanzará estentóreos y guturales: "¡Avanti!, ¡avanti, legionarios!".
 Leemos en el diario de marcha de la 13 Semi-Brigada
"...las ametralladoras pesadas del enemigo dispararon durante cuarenta y ocho horas sin la menor interrupción, día y noche, sobre la posición Bir-Hakeim. Y cuando algún soldado aliado no español comentaba, con aire dramático, la situación, siempre había un ibérico -en este caso el barcelonés Perxachs- que lanzaba: "Bueno, bueno, que no hay para tanto. Fijaos aquí, en esta madriguera, estamos siete topos. Los mismos que cuando empezó el asedio, sin un rasguño casi. ¡En el Ebro ya la hubiésemos palmado todos! ¡Aquello sí que fue un festival de aupa!"
Von Mellenthin, uno de los generales del DAK, declarará más tarde
«nunca haber enfrentado, durante toda la guerra del desierto, una defensa tan encarnizada y heroica».
Rommel conduce personalmente el ataque por el norte y acerca sus piezas de 88mm y de 50 mm, disparando sobre las fortificaciones francesas. Las incursiones de la Luftwaffecon los Stukas  afectan al puesto sanitario de la brigada matando a 17 heridos.
9 DE JUNIO DE 1942
El día 9 el programa será idéntico a días anteriores. Por lo menos durante la mañana, ya que al mediodía el cañoneo y los bombardeos por vía aérea volverán a arreciar, centrándose en los campos de minas.
A las 5 de la tarde, Koenig recibe un mensaje de la 7ª División Blindada británica informándole que la posición Bir-Hakeim ya no es esencial. El general francés decide, pues, abandonar el campo atrincherado en la noche del 10 al 11 para dar así tiempo a organizar los preparativos.
El general Kœnig envía un mensaje a sus hombres, se les informa que el día 10 será el último día de resistencia y que al día siguiente podrán abandonar la posición al enemigo, ya que los británicos han podido reorganizarse durante el precioso tiempo que la 1ª brigada francesa libre ha bloqueado el avance del Afrika Korps.
En una orden muy confidencial se prescribe que los zapadores-minadores, apenas anochezca, abrirán en la zona minada un corredor de unos 200 metros de ancho.
Por la noche el general Kœnig precisa los detalles de la salida. Pide la protección de la RAF y fija la hora de salida para las 11pm del día siguiente. Fija un punto de reunión con los británicos al suroeste de la posición con los medios motorizados que necesitan. Sin embargo, aún deben resistir durante el día siguiente. El agua potable esta casi agotada y las municiones son escasas: aproximadamente 200 obuses de 75 mm y 700 granadas de mortero.
10 DE JUNIO DE 1942
La brigada FFL, que no se abasteció después de los duros combates de la víspera, no dispone de suficientes municiones para el día, las reservas de agua casi se agotan, la RAF proporciona un suministro aéreo de 170 litros que se utiliza para los heridos. La comida también comienza a escasear.
Hasta las 9, la niebla impide el comienzo de los combates, esto permite a los equipos telefonistas del capitán Renard restablecer las líneas con los británicos.
Rommel, por su parte, hizo venir al 15º división panzer. Por la mañana la situación es tranquila, al noroeste se producen algunas escaramuzas entre el 66º regimiento de infantería italiano (que pertenece a la división Trieste) y los hombres del teniente Bourguoin que se baten con granadas.
A las 10 de la mañana  el bombardeo alemán se reanuda con fuerza, hacia la una se lanza un asalto sobre el sector defendido por el batallón Oubangui-Chari y por el 3º batallón de la Legión Extranjera. El asalto está precedido por un ataque de cien Stukas que causan numerosos destrozos y siembran confusión en las filas francesas.
A la una, los acontecimientos se aceleran, 130 aviones germano-italianos bombardean la cota norte del campo, la infantería alemana se lanza al ataque cubierta por la 15ª división panzer que bombardea con furia a los franceses. La 9ª compañía del capitán Messmer es obligada a retroceder, así como la sección del cadete Morvan, pero los Bren Carriers del capitán Lamaze, apoyados por las últimas granadas de mortero, restablecen la situación.
Las oleadas de bombardeos se suceden y el ataque se reanuda. Pero después de 2 horas, los alemanes, desmoralizados por la resistencia de sus adversarios, deciden posponer el asalto para el día siguiente, ignorando su escasez de municiones.
La artillería seguirá machacando a los franceses hasta las 9 de la noche, hora a la que se lanza un nuevo asalto que es rechazado de nuevo
11 DE JUNIO DE 1942
A las 0,15 horas del día 11 de junio de 1942, los primeros destacamentos de legionarios, compuestos principalmente por españoles, salen de sus posiciones.
La primera unidad en salir será la Legión. "A tout Seigneur, tout honneur". Ese honor lo han conquistado los legionarios solventando las papeletas más críticas que la guarnición asediada ha conocido. Su misión consistirá en hacer frente a su enemigo en los flancos del corredor, hasta que toda la columna haya salido de Bir-Hakeim.
Apenas se inicia el despliegue, desde el campo enemigo empiezan a brotar bengalas y pronto el cielo se llena de surcos azules que, al caer, iluminan amplias zonas del campo atrincherado. Los legionarios se abren en abanico y se lanzan al asalto de los nidos de ametralladoras enemigos con la bayoneta calada.
Es el capitán francés Lamaze el que conducirá la carga de las tanquetas, que están dotadas de un fusil-ametralladora, contra los puestos de artillería enemiga. La concentración de treinta y tantos Bren-Carriers se hace en un santiamén.

"Nunca se podrá reproducir aquella espeluznante carga, ni en el mismo cine, con todos sus trucos -ha narrado el propio
Koenig-. Vi al capitán Lamaze meter su tanqueta en la zona minada, como si tal cosa, cruzarla como un meteoro y arremeter contra una posición enemiga. Y al teniente Davé, dirigiendo su tanqueta contra otra posición, aplastándola; y en seguida poner proa hacia otra y luego enfrentarse con una pieza de artillería, que tiraba a bocajarro, como en un duelo a pistola. Y vi saltar su tanqueta en pedazos por los aires..."

Puntualizamos: la mayoría de esas tanquetas iban conducidas por españoles.
 
En menos de una hora, en una zona -la de Las Mamelles- donde el tableteo de las ametralladoras coreaba el agudo silbido de los obuses y donde, con una magnitud extraordinaria, las voces humanas tenían ecos sobrenaturales: "¡A mí, la Legión! ¡Adelanté, legionarios!, estallan otra vez recias voces castellanas: ¡Vamos, muchachos, a por ellos! ¡Cómo en Madrid, camaradas...! ¡Que ya son nuestros! aunque alguna vez, como en el caso del capitán Putz, un austriaco de las Brigadas internacionales, los gritos de combate se tiñan ligeramente de acento sajón".

Las tanquetas consiguen ensanchar el corredor y, en las dos últimas horas de oscuridad, como para recompensar y proteger a los esforzados paladines de la libertad, una espesa niebla cubre el campo de batalla.

La columna entera sale antes de que amanezca y se dispersa por el desierto para acudir por mil senderos, al lugar de la cita: un determinado mojón de la pista militar británica número 837, a unos diez kilómetros al NE de Bir Hakeim.

"Nosotros salimos poco antes de medianoche -sigue explicando el legionario barcelonés Millán Vicente-. Teníamos cita con los elementos motorizados británicos en un punto donde los ingleses tenían instalada una gasolinera volante. Yo salí junto con uno de Tarrasa, José Artero, que caería prisionero aquel mismo día. Perdimos bastante gente, a causa de los ametrallamientos aéreos y otros se despistaron y no encontraron los camiones. Tres jornadas duró nuestra marcha y a medida que nos recuperaban, los ingleses nos enviaban a Ismailia, a orillas del Nilo, donde se reorganizaría la 13 Semi-Brigada".

Hubo quienes llegaron al sector inglés al cabo de una semana. "Entre estos retardatarios se encontraba Joaquín Rufi El Yayo, un barcelonés del distrito quinto, muy castizo él -recalca Millán Vicente-. Venia que parecía una momia egipcia acabada de desenfundar. Todo aquel grupo eran auténticos espectros y pocos de ellos sobrevivirían, a causa de la deshidratación. El Yayo fue uno de los escasos resucitados".
 
Del destacamento dejado en Bir-Hakeim, para desorientar al enemigo, unos quinientos hombres -entre ellos la casi totalidad de los efectivos del Batallón del Pacífico-, se supo que, al amanecer el día 11, los alemanes habían bombardeado y ametrallado la posición con 200
Stukas, arrasándolo todo.
Más tarde la Luftwaffe, sin apenas combustible por las 1.400 salidas sobre Bir Hakeim, no puede perseguir y bombardear a los franceses y británicos que escapan.
"En los combates nocturnos para abrir la brecha de salida -asegura Millán Vicente- los legionarios tuvimos, entre muertos y heridos, cerca de 400 bajas".
Al ocupar Bir-Hakeim, el día 11, a media mañana, los alemanes recogieron cerca de dos centenares de cadáveres, otros tantos heridos, y a un centenar de prisioneros.
El mismo Adolf Hitler ordenó que los prisioneros franceses fueran ejecutados, pero Rommel se negó a ello. Éste, impresionado por la resistencia francesa, y dándose cuenta que los presos franceses morían de sed, dio la orden de asignarles la misma ración de agua que recibían sus propios soldados.
Estos últimos serían enviados a Túnez y embarcados en Bizerta con destino a Italia. Pero, durante la travesía, un submarino inglés torpedeó el barco y lo hundió. En el naufragio perecieron medio centenar de legionarios españoles. En una de estas expediciones se encontraba el tarrasense José Artero que luego, en el avance de las fuerzas aliadas por Italia, sería liberado por éstas.
Poco después, el 21 de junio, Rommel se apoderara sin dificultad de la plaza de Tobruk, con una  guarnición británica de 35.000 hombres que la defendía. A continuación tomó Marsa-Matruh y posteriormente se dirigió hacia El Alamein, a 160 km de Alejandría.
Pero las divisiones italianas solo poseen 30 tanques y los alemanes 58, además se encuentran muy debilitados y no consiguen traspasar esta nueva línea defensiva.
CONCLUSIONES
Del lado del Eje, las pérdidas son abundantes, entre muertos, heridos y desaparecidos se contabilizan 3.300 hombres, 277 fueron hechos prisioneros y se destruyeron 51 tanques, 13 vehículos blindados y un centenar de distintos vehículos. La Luftwaffe, perdió 7 aviones por el fuego antiaéreo y 42 Stukas fueron abatidos por la RAF. Las pérdidas francesas son mucho menores, durante el sitio murieron 99 hombres y 19 fueron heridos, a estos hay que añadir los 41 muertos, 210 heridos y 814 presos que se produjeron durante la salida. En total, llegaron a las líneas británicas 2.619 hombres de la brigada francesa, sobre los 3.703 presentes desde el comienzo de la batalla.
Pero el resultado más importante de la batalla de Bir Hakeim es la ralentización de la ofensiva alemana sobre el Canal de Suez. Este retraso de 14 días permitió al 8º ejército británico desplegarse hacia El Alamein y consolidarse estratégicamente en una posición defensiva.
Las dos semanas de resistencia en Bir-Hakeim habían permitido a los ingleses replegar a sus castigadas unidades a segunda línea, proceder a su completa reorganización y establecer una línea fortificada que cerró el paso hacia el Canal de Suez a los blindados enemigos.Los británicos además recibieron el refuerzo de cinco divisiones de refresco.
El retraso que aportó la resistencia francesa en Bir Hakeim a la ofensiva de Rommel incrementó las posibilidades de los británicos de recobrarse y facilitar la preparación de un contraataque. La ralentización de las maniobras de Rommel permitió a las fuerzas británicas escapar a la destrucción prevista por el Eje. Se puede decir sin exagerar que la batalla de Bir Hakeim facilitó el éxito defensivo de El Alamein.
Así va a detenerse por fin el avance del Afrika Korps hacia Alejandría, El Cairo y el Canal de Suez. El 23 de octubre de 1942, Montgomery desencadenará una ofensiva que rechazará inexorablemente a las fuerzas del Eje hasta Túnez, donde capitularán.
El general británico Playfair dirá:
«La defensa prolongada de la guarnición francesa desempeñó un papel importante en el restablecimiento de las tropas británicas en Egipto».
«Al retrasar en quince días la ofensiva de Rommel, los franceses libres de Bir Hakeim han contribuido a salvaguardar la suerte de Egipto y del Canal de Suez».
En esta gran derrota de Rommel, valga el recuerdo de  los republicanos españoles y de todos los extranjeros que sirvieron en  la 13 Semi-Brigada de la Legión Extranjera francesa porque habían jugado un papel importantísimo como fuerza de choque.
 En el revés de Bir-Hakeim y de El-Alemein se abriría para Rommel, el zorro del desierto, una interminable cadena de pesadillas cuyo último eslabón sería su suicidio, por encargo de su idolatrado Führer.
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